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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Entrada # 30

¡Hola, amable bloguer@!


En la entrada anterior te dije que, aunque los tres elementos fundamentales no tienen existencia propia, natural, independiente o absoluta, nos conviene tratarlos como si la tuvieran.
 ¿Por qué debemos hacer esa concesión? Porque nuestras células lo necesitan. ¿Para qué? Para ahorrar energía. ¿Qué relación tiene una cosa con la otra?
  Como te dije en otra parte de este blog, a causa de que el mundo no tiene cualidades propias, cuando llegamos a él lo encontramos totalmente desprovisto de sentido.
  Para poder sobrevivir, nosotros necesitamos que nuestro mundo tenga sentido, así que debemos buscárselo, es decir, fabricarle un sentido. ¿Cómo lo hacemos? Básicamente "descubriendo" semejanzas entre las cosas que componen ese mundo.
  Esas semejanzas, por supuesto, aunque creemos que están por ahí en el mundo externo y nosotros sólo las descubrimos, en realidad, las elaboramos. Con cada semejanza que fabricamos ayudamos a nuestras células a ahorrar energía. ¿Por qué? Porque de esa manera necesitamos elaborar menos cualidades para los objetos. 
  ¿Cómo es eso? Bueno, si varios objetos tienen semejanzas entre sí, es porque comparten algunas cualidades. Así, la suma de las propiedades de ese conjunto de objetos es menor que si cada uno fuera totalmente distinto al resto de ellos y, como nosotros elaboramos también todas esas propiedades, ahorramos energía si fabricamos una menor cantidad de ellas.
  Para darle sentido a nuestro mundo, también es necesario que "encontremos" el origen de cada objeto concreto y las causas de las cosas abstractas. 
  Tanto los orígenes como las causas son objetos abstractos que nosotros elaboramos. Para ello gastamos energía, así que, mientras menos orígenes y menos causas fabriquemos, más energía ahorraremos.
  Bien, aquí vamos a dejar el tema por hoy.
  ¡Muchas gracias por tu visita! 








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