Entradas populares

jueves, 15 de diciembre de 2011

Entrada # 24

¡Hola, apreciable visitante!


En lo que va del blog hemos hablado de la dualidad del universo, ahora deseo hablar de la dualidad del hombre. El universo, como dije, está hecho con tres substancias concretas y con muchos millones de elementos abstractos. Con relación a nosotros, los humanos, ya te dije que nuestro Yo está constituido por el conjunto de nuestras neuronas sensitivas. Pero las neuronas no componen todo nuestro organismo, la mayor parte de éste está formada por células comunes, las cuales, como dice el postulado número trece de la TAC, no pueden sentir ni pensar.
  Entonces, el hombre es dual porque está hecho con células y neuronas. Éstas últimas constituyen lo que llamamos mente consciente o mente racional; el conjunto de células constituyen nuestra mente inconsciente o irracional.
  Tanto las neuronas como las células que componen nuestro organismo trabajan para mantenernos vivos, pero no lo hacen de la misma manera. Las células se encargan de sintetizar y administrar la energía que proviene principalmente de los alimentos que ingerimos. En cambio, la tarea de las neuronas consiste básicamente en dirigir su propia actividad y la de las células.
  Las neuronas están normalmente supeditadas a los mandatos de las células. Éstas son muy estrictas en lo que respecta a la consecución y almacenamiento de energía o, dicho en otras palabras, son muy avaras en lo que se refiere a la energía.
  Esta avaricia de las células suele ser la principal causa de los problemas que deben enfrentar nuestras neuronas para cumplir con su labor. Con esto refiero a que la situación de las neuronas con respecto a las células se parece a la de algunos políticos que tienen un cargo ejecutivo con relación a los legisladores que le regulan los recursos económicos que administra. Dichos políticos suelen tener problemas para invertir dinero en lo que creen que beneficiará más al estado porque los legisladores no autorizan tales gastos.
  Algo parecido a eso suele ocurrirle a nuestras neuronas cuando deciden invertir energía haciendo ejercicio físico. Si nos ponemos a hacer "lagartijas", por ejemplo, haremos tranquilamente las primeras diez, quince o veinte, pero llegará el momento en que nuestras células nos impedirán el acceso a la energía física y no podremos hacer ni una "lagartija" más. ¿Por qué? Porque nuestras células habrían decidido que ese gasto de energía no estaba bien justificado.  
  Algo semejante a lo anterior puede ocurrir en casi todas nuestras actividades conscientes, pero de ello hablaremos en la siguiente entrada. ¡Gracias por tu visita de hoy!

No hay comentarios: