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martes, 6 de diciembre de 2011

Entrada # 15

¡Hoy te saludo de nuevo, apreciable amig@!

Como recordarás, en este punto temporal de mi narración estaba yo tratando de investigar si los objetos que componen el universo están hechos con algún elemento común. Pero me desvié un poco del curso de dicha narración para intentar explicarte de qué forma la TAC implica que las cosas que conocemos y percibimos no pueden ser totalmente inmateriales.
Con relación a esto último, te dije en la entrada anterior que nuestra visión depende hasta cierto punto del cambio relativo en la luz que cae sobre nuestras retinas. Aquí te diré que, al igual que la vista, nuestros otros sistemas sensorios también detectan sólo algunos cambios en la energía que los afecta. Eso significa que no podemos detectar más que ciertas clases de energía cambiante. Esto, a su vez, implica que todo lo que conocemos, incluyendo nuestras propias ideas, debe contener por lo menos un mínimo de energía. 
  La energía es uno de los elementos fundamentales del universo, por tanto, si nuestras ideas y demás cosas abstractas que conocemos contienen algo de ese elemento, no están hechas de nada, es decir, no son totalmente inmateriales. Así es como la TAC implica que todas las cosas que contiene el universo, por muy sutiles que sean contienen por lo menos una brizna de energía y, por tanto, son parte del mundo físico.
  Bien, volviendo al tema principal y para serte franco, te diré que en  aquella época no tenía idea de cómo empezar a buscar el o los componentes que los objetos tienen en común. Por eso comencé por tratar de distinguir adecuadamente entre cualidades y objetos.  Pronto descubrí que hay algunos objetos abstractos que son a la vez cualidades, como el cambio y la verdad, por ejemplo. Me refiero a que consideramos al cambio como una cosa o ente abstracto y también como una de las cualidades más comunes de casi todos los objetos concretos existentes. La verdad, por su parte, es un objeto abstracto y a la vez, una cualidad de otros objetos abstractos, esos a los que llamamos sentencias veraces.
Esta dualidad objeto-cualidad es muy común entre las cosas abstractas. Este hecho implica que todos esos objetos están construidos con los mismos elementos que las cualidades a las que están  asociados, es decir, están hechos de sensaciones. 
  Al reparar en este último dato, pensé que quizá no sólo las cosas abstractas, sino también los objetos concretos podrían estar hechos de sensaciones.   
  Se que esta idea, a primera vista, parece totalmente descabellada, pero yo sabía que en la historia de la humanidad muchas ideas así de inverosímiles han sido confirmadas como verdaderas o reales, por eso decidí indagar un poco al respecto. Para ello, además de revisar las cualidades más comunes de los objetos concretos, como el color, la forma y tamaño, analicé un poco la manera en que interactuamos con ellos.
  Por ahora ya me voy a despedir, espero tu próxima visita y te agradezco la de hoy.  

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