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viernes, 16 de diciembre de 2011

Entrada # 25

¡Bien venid@, amable amig@!


En la entrada anterior te dije que nuestras células suelen limitar muchas de nuestras acciones conscientes. ¿Por qué ocurre eso? Porque nuestras células son las principales responsables de mantener vivo el organismo, eso requiere mucha energía. Las células se toman muy en serio esa tarea por eso procuran administrar muy bien la energía que consiguen sintetizar partiendo de algunos elementos externos, así que suelen defender "a capa y espada" sus reservas de ese valioso elemento.
  Basados en esto último y en nuestras experiencias personales, podemos deducir que nuestras células y nuestras neuronas compiten entre sí con bastante frecuencia por la administración de la energía de reserva del organismo.
  Nuestras células tienen por lo menos dos maneras de evitar que nosotros "desperdiciemos" la mencionada energía. Una de ellas, quizá la menos usual, consiste en cortarnos total o parcialmente el suministro de ese vital elemento. La otra, que es la que mejor conocemos, consiste en persuadirnos por medio del dolor de que no usemos más energía de la que ellas consideran prudente gastar.
  En el ejemplo de las "lagartijas", que mencioné en la entrada anterior, nuestras células podrían emplear los dos métodos. Primero nos mandarían una leve sensación de dolor, la cual se iría incrementando con cada nuevo ciclo o "lagartija" que completáramos. Y luego, si siguiéramos ejercitándonos por suficiente tiempo, las células nos cortarían el suministro de energía y quedaríamos paralizados o caeríamos desmayados.
  Por si no quedó suficientemente claro lo anterior, te diré que cualquier experiencia de dolor que hayamos sufrido durante el tiempo que llevamos de vida, trátese de dolor físico o moral, ha sido provocado por nuestras células.
  De lo anterior podemos deducir que, si creemos que aquella piedra que nos cayó en el pie fue la causante del consiguiente dolor que padecimos esa vez, estamos equivocados porque las verdaderas causantes de ese dolor fueron nuestras células. 
  ¿Por qué o para qué hicieron eso nuestras células? Lo hicieron con la intención de persuadirnos de que las ayudáramos a preservar nuestro organismo y la energía de éste. 
  En la próxima entrega continuaremos con este tema, pero por el momento ya voy a despedirme.
  ¡Te agradezco tu visita!  

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